En nuestro anterior post (¿Cómo es tu molde relacional? ¿Cómo influye el apego en tus relaciones? Parte1)) estuvimos adentrándonos en el mundo del apego. Definimos qué era y de qué manera ha influido en nuestro desarrollo e influye hoy en día en nuestra salud mental y nuestro bienestar emocional y relacional. Si aún no lo has leído, te recomiendo que empieces por ahí o, si lo prefieres, puedes leerlo como ampliación, si este te ha parecido interesante.

A continuación, te comento más implicaciones que tiene el estilo de apego en tu vida cotidiana y que quizás no sabías.

4. Dirige la elección de tus amistades, pareja y trabajo

Al igual que el apego define los roles que nosostr@s tendemos a tomar en nuestras relaciones, define indirectamente las personas y lugares con los que “encajaremos” a la hora de relacionarnos o incluso a la hora de elegir un trabajo o profesión. 

Estos lugares y personas nos harán sentir más “cómod@s” al dejarnos asumir nuestros roles “predeterminados” y las personas de nuestro entorno asumirán roles complementarios a los nuestros (coincidiendo quizás con los que tenían nuestras figuras de referencia). Visualicémoslo con un ejemplo: si yo soy una persona insegura a la hora de tomar decisiones y tiendo a inhibirme cuando se plantea la necesidad de tomarlas poniéndome en un rol pasivo, acabaré estableciendo relaciones con personas que se pongan en un rol activo, asumiendo esta responsabilidad por mí. Hasta aquí parece algo funcional, pero si esto se repite así una y otra vez, dejaré por el camino a personas que me den mi lugar para decidir y, con ellas, la oportunidad de desarrollar mi capacidad de responsabilizarme activamente y adquirir seguridad en mí misma, lo cual, probablemente, acabe agravando mi dificultad.

Algo que es importante tener en cuenta es que las personas con apego inseguro suelen tener menor repertorio de roles y estos se caracterizan por ser más estáticos o rígidos, por lo que tienden a desempeñar de manera mayoritaria los mismos tipos. Por ejemplo, una persona con apego seguro, a veces, puede colocarse en el papel de ayudante y otras en el de ayudado, sin embargo, una persona con apego inseguro tenderá a ejercer generalmente el mismo rol de manera rígida, sin dar margen de acople a las otras personas. Esta rigidez en las dinámicas relacionales es uno de los principales factores de conflictos inter e intrapersonales que más malestar generan en nuestro día a día en la relación con nuestra familia, pareja, hij@s, amistades y compañer@s. Además, esto afecta también a la relación que tenemos con nosotr@s mism@s, reforzando nuestros modelos operativos, tanto si son positivos como si no.

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5. Lo conocido “pesa” más que lo necesario

 Aunque tengamos claro los aspectos que nos generaron y nos generan insatisfacción en nuestras relaciones, así como lo que podemos necesitar, tenemos una tendencia a repetir patrones relacionales. Puede parecer incongruente que volvamos a “meternos” en relaciones y dinámicas que nos vuelven a hacer sentir malestar y que no satisfacen nuestras necesidades. Sin embargo, la clave está en que lo que más malestar nos genera es la incertidumbre y, por ello, tendemos a preferir antes “lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

En el caso de las personas con apego seguro, hay un mayor desarrollo de la autoestima, por lo tanto, son capaces de afrontar e introducir cambios con más facilidad, a pesar de que la incertidumbre les resulte desagradable. Tienen mayor capacidad para tomar decisiones y ser consistentes con ellas, teniendo en cuenta sus necesidades. Sin embargo, las personas con apego inseguro, por esta alta intolerancia a la incertidumbre, derivada de su baja autoestima, acaban repitiendo con mayor probabilidad patrones relacionales disfuncionales, que incluso con el paso del tiempo pueden ir yendo a peor.

Además, existe otro factor con el que tenemos que contar, que es lo que llamamos transmisión intergeneracional del apego, que estipula que tendemos a desarrollar el mismo estilo de apego que nuestras figuras de referencia (generalmente nuestr@s padres/madres). Si nuestros modelos relacionales se han basado en dinámicas equitativas, de dominancia, dependencia o sumisión, tenderemos a aprender a vivir y vincularnos de esa forma.

 6. Diferenciar el lugar en el que encajo del lugar que necesito ocupar

Saber reconocer qué es una relación sana y aprender a “movernos” dentro de ella no siempre es tarea fácil. Sobre todo, cuando en nuestros vínculos tempranos nos han querido de formas que no se ajustaban a nuestras necesidades.

Cómo nos han querido y de qué formas se ha expresado ese afecto en nuestra familia hace que definamos el amor de una manera concreta y que, por tanto, tendamos a expresarlo en base a esa “definición familiar”.

Para que lo podamos entender, pensemos en una persona a la que le han dado amor en forma de mucha atención, evitarle frustraciones, haciéndole las cosas y definiendo continuamente el camino a seguir con el afán de protegerl@. Esa “protección” llevaba implícito un alto grado de control. Cuando esta persona sea adult@, le será muy fácil confundir el cuidado con el control o la autonomía con el abandono. Seguramente, esta forma de querer y de que le quieran le haya hecho sufrir durante su vida y por ello sienta que no es lo que necesita, sin embargo, siente que encaja con mucha facilidad con una pareja que le escribe continuamente, que le soluciona los problemas y le dice continuamente lo que espera de él/ella.

Es necesario hacer un ajuste entre lo que nos han transmitido que es “querer” (de la mejor manera que han podido) y la concepción de amor que verdaderamente nos permite vivir con estabilidad emocional.

reparación del apego

7. Reparación del apego

 A la pregunta sobre si se puede reparar el apego, la respuesta afortunadamente es un sí, o al menos en gran medida. Cuando pasamos por un proceso terapéutico con un profesional especializado y conseguimos poner en marcha cambios en nuestra estructura interna que se reflejan en nuestras dinámicas relacionales, podemos decir que hemos conseguido un <apego seguro logrado>. Se llama de esta forma al apego que hemos conseguido reparar. Como veis, no lo llamamos apego seguro y ya, porque el apellido de “logrado” hace referencia a un proceso posterior al establecimiento del primer vínculo de apego y tiene una gran relevancia como logro personal en la autoestima de la persona que lo consigue. También es importante saber que siempre suelen quedar reminiscencias del apego anterior a modo de recordatorio (“por ahí no”) y nos acompañan en forma de tendencias a las que podemos regresar transitoriamente en momentos de crisis, de una manera más o menos automática, dependiendo del grado de consciencia y autoconocimiento de la persona en particular.

Sin embargo, como podréis anticipar después de ver la complejidad del asunto, es un camino largo, ya que nos proponemos, no sólo aprender e integrar nuevas dinámicas relacionales, si no desaprender algunas que llevan con nosotr@s toda nuestra vida. Para cambiar algo hace falta comprender el funcionamiento.

8. ¿Qué hago entonces sí creo que puedo tener apego inseguro? 

Lo más importante es no autoetiquetarse ni obsesionarse con ninguna etiqueta. Al fin y al cabo, de lo que estamos hablando es de una necesidad de cambio y, en ocasiones, etiquetarnos con alguna patología o nomenclatura técnica, paradójicamente, nos aleja de este cambio, ya que hace que nos identifiquemos con esa etiqueta, generando aún más síntomas coherentes con ella.

Si sospechas que puedes tener un estilo de apego inseguro, es porque estás sintiendo un malestar importante en tu vida, por lo que lo más recomendable es que acudas a un/a profesional del área de la psicología y, más concretamente, un@ que aborde las dificultades desde un enfoque relacional. Sabemos que no es fácil dar el paso y que, además, conlleva un esfuerzo por muchas razones, sin embargo, sabemos que el grado de autoconocimiento y los logros que consigas en el proceso terapéutico, te acompañarán siempre.

Es difícil cambiar tu forma de relacionarte cuando es la que encaja con tu sistema: familia, pareja, amigos, etc. Por esta razón, para reparar el apego en un/a niñ@, es necesario el trabajo con las figuras de referencia para generar un cambio en la dinámica vincular y que estos cambios se mantengan. Para reparar el apego en personas adultas es importante que tengamos la autonomía suficiente para tomar la distancia adecuada con la que gestionar las relaciones familiares, de pareja y, quizá, otras, así como para establecer nuevos vínculos adscritos a nuevas dinámicas relacionales que se ajusten más a las necesidades actuales de la persona.

Reparación del apego

9. ¿Y cómo cambiaría mi vida conseguir reparar mi apego?

Imaginémonos como piezas de puzle, que en función de la forma que tienen, encajan en unos lugares determinados y con otras piezas de forma concreta. El apego nos otorga la forma que tenemos, de manera que, si tenemos un estilo de apego inseguro, encajaremos con piezas que tengan también un apego inseguro y que se mantendrán unidas desde un vínculo inseguro en mayor o menor medida.

De la misma manera, si conseguimos remodelar nuestra pieza de puzle, conseguiremos encajar en otros lugares y estableceremos otros vínculos con dinámicas más sanas que, probablemente, nos nutran y nos generen mayor bienestar y estabilidad, reforzando todo lo “aprendido” en el proceso. Este proceso también nos ayudará a reconocer con mayor facilidad en qué lugares y con qué personas no vamos a poder permanecer.

Además, como hemos dicho, al ser el apego hereditario de padres/madres (o figuras de referencia) a hij@s, si trabajamos en reparar nuestro apego, tendremos la posibilidad de transmitir un apego seguro a nuestr@s hij@s (si es que deseamos tener) y, como hemos visto, es uno de los mayores regalos que podemos hacerles y que nadie más puede.

Esperamos que esta información que hemos recopilado con cariño te haya servido de guía y quedamos a la espera de comentarios y propuestas sobre cómo seguir ampliando contenido sobre este y otros temas del mundo de la psicología y psicoterapia que puedan ser de tú interés.

Si crees que podrías necesitar ayuda para conocer más sobre tu tipo de apego y comenzar el proceso de reparación, empezando a gestionar de manera diferente tus relaciones, no dudes en ponerte en contacto con nosotras, estaremos felices de poder ayudarte.

Marta López de Lerma Parada, Psicóloga General Sanitaria

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